Ya ha llegado a todos los medios de comunicación la nueva polémica del año: la ley del aborto. El gobierno socialista liderado por Zapatero permite a las mujeres de 16 años abortar sin el previo consentimiento de los padres.
Para empezar, esta ley y la polémica que ha creado en torno a ella nos ha permitido ver, una vez más, hasta qué punto la derecha llega a ser retrógrada. ¡En cuántos programas y periódicos la derecha se ha puesto a favor de la Iglesia defendiendo los principios más anticuados, impositivos y conservadores! La sociedad ha sufrido constantes cambios y ahora es tiempo de dar más autonomía a la juventud. Cuidado, no se entienda "libertad total y cero obligaciones" con "más autonomía". Se trata de dar más autonomía en lo que realmente pueda ayudar a los jóvenes. En otros países esta ley ya está vigente y ha demostrado reducir los abortos pero también los embarazos no deseados. Señores, tan sólo se trata de dar luz verde a quienes quieran abortar y de respetar a quienes no quieran hacerlo. La ley permite impedir que las familias conservadoras que prohíban el aborto a su jovencísimas hijas tengan el poder de destrozar el resto de sus legítimas y respetables vidas.
Esta sociedad no está preparada para una ley tan progresista, dicen. ¿Pero, según ellos, cuándo estaremos preparados? ¿Cuando el Partido Popular gane las elecciones y se ocupe de volver a una etapa conservadurista poniendo en riesgo esta ley y otras de las más polémicas pero tolerantes como el matrimonio homosexual? Y después de todo esto, ¿la derecha quiere una España mejor? Nadie, ni siquiera esta ley obliga a ninguna de las mujeres a abortar. Si tan obsceno les parece a los derechistas católicos apostólicos romanos tal y como apuntó la directora de la asociación antiabortista española que en la cadena SER trató de "frescas" y "fulanas" a las chicas que abortan en nuestro país, no tienen más que rechazar los abortos en el seno de sus familias y mirar a otro lado. ¡Deben dejar que la sociedad evolucione por la tolerancia y la libertad de todos! Por todo ello y mucho más digo que SÍ con mayúsulas a esta nueva ley.
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